¿Qué es la trampa de tarro de miel?
Es un señuelo de riesgo de seguridad. Se instala intencionadamente para atraer a hackers y otros ciberdelincuentes a un entorno controlado que permite a profesionales de la ciberseguridad observar su modus operandi. En informática, los tarros de miel utilizan redes falsas y datos señuelo como cebo para atraer a los hackers. De este modo, los expertos en ciberseguridad supervisan los ataques para obtener información sobre cómo los ciberatacantes acceden a los datos en línea y explotan las vulnerabilidades.
Gracias a que los hackers caen en la trampa, los expertos pueden identificar las amenazas, recopilar información sobre métodos de hackeo y desarrollar políticas e infraestructuras más eficaces de seguridad. Las trampas de tarro de miel tienen la ventaja añadida de desviar el tiempo y los intentos de los hackers de explotar las vulnerabilidades de los sistemas y las redes reales.
¿Por qué se utilizan los tarros de miel en ciberseguridad?
El objetivo principal de un tarro de miel en ciberseguridad es supervisar y analizar los ataques para mejorar la protección contra los intentos de hackeo. Un tarro de miel captura información del hacker, que puede utilizarse para analizar el método de ataque, ver cómo interactúa el intruso no autorizado con una red y reforzar la protección contra las vulnerabilidades de los sistemas.
Aunque la naturaleza y el propósito de los tarros de miel varían, suelen dividirse en dos categorías principales:
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Tarros de miel de producción: los utilizan las grandes empresas y organizaciones como señuelo para alejar a los hackers de la red principal. Las empresas utilizan los datos recopilados de este hackeo controlado para subsanar cualquier vulnerabilidad de sus defensas y proteger mejor la red real contra los intentos de hackeo.
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Tarros de miel de investigación: consisten en trampas complejas que suelen utilizar los gobiernos o las grandes empresas de ciberseguridad para rastrear el desarrollo de amenazas persistentes avanzadas y mantenerse al día en la evolución de las técnicas de hackeo.
¿Cómo funciona un tarro de miel?
Un tarro de miel aísla datos señuelo u otros recursos digitales dentro de un sistema o entorno cuya seguridad se expone intencionadamente y que está separado de la red real de una empresa u organización. Así, los especialistas en ciberseguridad pueden supervisar todo el tráfico no autorizado hacia el tarro de miel y conocer las tácticas de los hackers en un entorno controlado; al mismo tiempo, mantienen a salvo la red principal.
Al crear un tarro de miel y camuflarlo como objetivo irresistible para diferentes tipos de hackers, los analistas también suelen incorporar datos que pueden rastrearse fácilmente. De este modo, supervisan filtraciones de datos, a menudo en tiempo real, y descubren las conexiones entre los participantes en un ataque.
Los tarros de miel atraen a los hackers y los atrapan manteniéndolos alejados de las redes reales.
¿Qué es una red miel?
Una red señuelo de tarros de miel. Mientras que un tarro de miel es un único dispositivo señuelo colocado dentro de una red, una red de miel se configura para que parezca una red real. A menudo incluye varios servidores o dispositivos, además de funciones como cortafuegos. El objetivo de una red de miel es similar a la de un tarro de miel, es decir, analizar el acceso de los hackers y su interacción con los recursos que contiene, pero a mayor escala.
Tarros de miel por nivel de interacción
Las redes de miel y otras formas de seguridad con tarros de miel pueden, a su vez, clasificarse según tres niveles de interacción:
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Tarros de miel puros: sistemas operativos completos que son los más intrincados y difíciles de mantener. Contienen documentos confidenciales y datos de usuario simulados y presentan la apariencia más auténtica a los intrusos potenciales.
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Tarros de miel de alta interacción: tarros de miel complejos que dejan vía libre a los hackers dentro de la infraestructura. Ofrecen a los analistas la mayor cantidad de datos sobre las actividades de los ciberdelincuentes. Esta clase de tarros de miel requiere más mantenimiento y pueden comportar mayor riesgo.
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Tarros de miel de baja interacción: en lugar de imitar un sistema completo, los señuelos representan las partes de los sistemas y servicios de una empresa que resultan más atractivas para los hackers. Como tales, proporcionan información más limitada sobre los atacantes, pero pueden configurarse más fácilmente mediante protocolos TCP/IP.
¿Qué tipos de tarros de miel hay?
Se pueden utilizar diferentes tipos de tarros de miel para poder explorar y neutralizar distintas clases de amenazas. A continuación, se indican algunos de los tipos más comunes de tarros de miel y cómo funcionan:
Tarros de miel de correo electrónico
Utilizan una dirección de correo electrónico falsificada que solo puede detectarse utilizando métodos sospechosos como un recopilador de direcciones automatizado, lo que significa que ningún usuario legítimo puede encontrar la dirección. Por lo tanto, todos los mensajes que se envían a esta dirección se clasifican como spam y los remitentes de estos correos electrónicos se bloquean inmediatamente de la red. De esta manera, los proveedores de servicios de internet pueden detener el spam por correo electrónico.
Tarros de miel de datos
Las empresas y organizaciones suelen crear bases de datos señuelo con contenido falso para identificar y eliminar las vulnerabilidades del sistema. Los tarros de miel de datos pueden recopilar información sobre inyecciones de SQL y otros métodos de hackers para acceder a la base de datos falsa. También pueden utilizarse para analizar la propagación y el uso de los datos falsos robados en el ataque.
Tarros de miel de malware
Técnica destinada a atraer malware imitando una aplicación de software o API y crear un entorno controlado en el que el creador puede analizar con seguridad un ataque de malware. Esta información puede utilizarse después para construir defensas más sofisticadas contra el malware.
Tarros de miel de araña
El objetivo de este tipo de trampa de tarro de miel son los rastreadores web o «arañas». Un tarro de miel araña crea páginas web y vínculos a los que solo puede acceder un rastreador web automatizado o bot. De esta forma, las empresas y organizaciones conocen su funcionamiento y los posibles problemas que puedan causar.
Tarros de miel de cliente
Los tarros de miel convencionales son tarros de miel de servidor que esperan pasivamente un ataque. En cambio, los tarros de miel de cliente son mecanismos de seguridad proactivos que buscan servidores que lancen ataques. El tarro de miel cliente se hace pasar por un dispositivo cliente, se relaciona con el servidor e investiga si se ha producido un ataque.
¿Qué ventajas ofrece el uso de un tarro de miel?
Usar una trampa de tarro de miel para atrapar a posibles ciberdelincuentes tiene muchas ventajas. A continuación, se indican las principales aplicaciones de uso y ventajas de utilizar una red de tarros de miel:
Supervisar amenazas que evolucionan
Los ciberataques son amenazas en constante evolución para las redes. Los tarros de miel son una de las herramientas más útiles para estar al día al respecto. Una vez que se activa, un tarro de miel recopila datos cada vez que recibe un ataque. Esto permite a los administradores de la red identificar patrones en los ataques (como direcciones IP en una ubicación concreta) y actualizar sus medidas de seguridad para defenderse contra actividades similares.
Exponer vulnerabilidades
Los tarros de miel son inmejorables para exponer de forma poco arriesgada las vulnerabilidades de la seguridad de empresas y organizaciones. Al analizar los exploits que utilizan los atacantes para acceder a los datos del tarro de miel, pueden actualizar sus sistemas de seguridad para bloquear estos métodos de ataque.
Identificar amenazas internas
Los tarros de miel también se utilizan para identificar y atrapar amenazas internas antes de que causen daños reales. Las amenazas internas de usuarios malintencionados pueden ser un gran problema si existen puntos débiles en los permisos dentro de la organización, ya que proporcionan a los trabajadores descontentos formas de explotar la vulnerabilidad de los datos de la empresa. Además, los tarros de miel pueden identificar preventivamente las debilidades y las amenazas internas con la misma eficacia que las externas.
Tasa baja de falsos positivos
Otros tipos de tecnologías que identifican las amenazas para la seguridad suelen tener un alto índice de falsos positivos, en los que las alertas señalan amenazas inexistentes. Sin embargo, como no se puede acceder a los tarros de miel por medios legítimos, la tasa de falsos positivos es muy baja.
Rentabilidad
Dado que su mantenimiento es relativamente bajo y que los equipos de seguridad no necesitan cribar grandes cantidades de datos en busca de actividades sospechosas, la tecnología de los tarros de miel es una medida de defensa rentable contra los ataques en línea. Tienen un tráfico limitado y consumen pocos recursos de los servidores, sobre todo en los sistemas con poca interacción. El software de los tarros de miel también suele ser de código abierto, por lo que resulta barato y fácil de implementar.
Herramienta esencial para la formación
El personal de ciberseguridad puede utilizar los tarros de miel como herramienta de formación puntera analizando los datos recopilados sobre los ataques en línea. Los tarros de miel no tienen parangón en cuanto a su capacidad para permitir al personal de seguridad mantenerse al día sobre las nuevas y cambiantes amenazas en línea.
Son muy útiles en la formación sobre ciberseguridad contra una amplia gama de amenazas.
Riesgos de utilizar tarros de miel
A pesar de sus muchos usos, los tarros de miel no son la panacea de la ciberseguridad y tienen varias desventajas. Estas son varias de las limitaciones y los inconvenientes de utilizar un tarro de miel:
Secuestro potencial
Aunque los tarros de miel suelen estar aislados de la red principal de una empresa, existe el riesgo de que un hacker pueda utilizar el tarro de miel como puerta de acceso lateral para acceder y atacar los sistemas reales. Como alternativa, si un hacker sofisticado y peligroso puede identificar, o adquirir la huella digital, de un tarro de miel utilizando un detector de tarros de miel, podría dar la vuelta a la artimaña lanzando ataques falsos en el sistema señuelo para distraer de un intento de hackeo real en otro lugar.
Datos limitados
Como los tarros de miel solo pueden recopilar datos de los intentos de ataque, habrá poca información que analizar si el tarro de miel no consigue atraer amenazas potenciales. Confiar demasiado en los datos recopilados por un tarro de miel puede comportar riesgos, ya que los hackers experimentados y las amenazas más complejas pueden pasarse por alto si el equipo de seguridad de una empresa u organización solo se centra en los riesgos identificados con el tarro de miel.
¿Los tarros de miel son ilegales?
No lo son, pero existen cuestiones legales sobre la recopilación de datos personales de los usuarios. En EE. UU., existe una amplia exención a la ley federal de privacidad, una especie de exención de protección del proveedor de servicios, que generalmente permite que las empresas y organizaciones recopilen información sobre los usuarios en el contexto de la protección y seguridad de su red.
Otras leyes importantes que rigen el uso de los tarros de miel son la Ley de Privacidad en las Comunicaciones Electrónicas, de EE. UU., y el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), de la UE.
Cualquier organización o empresa que desee utilizar un tarro de miel de sitio web u otra forma de cibertrampa debe comprobar primero la legislación sobre privacidad de su jurisdicción para asegurarse de que su uso no infringe leyes ni reglamentaciones.
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Los tarros de miel son una pieza importante en el rompecabezas de la ciberseguridad. No obstante, la mayoría de nosotros carecemos de los recursos necesarios para configurarlos en nuestros hogares. En este caso, tenemos que recurrir a soluciones fiables contra malware.
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