Rootear un teléfono permite el acceso root completo a Android y el control del sistema; no obstante, es aconsejable rootear el teléfono únicamente si sabe lo que está haciendo. Si se equivoca, el intento puede salirle muy caro. Obtenga información sobre qué es el rooteo y los riesgos de rootear un dispositivo Android. A continuación, instale una herramienta fiable de ciberseguridad para ayudar a proteger su teléfono frente al malware y otras amenazas en línea.
Significa acceder al código más profundo e importante del sistema operativo del teléfono. Con un teléfono rooteado, los usuarios obtienen un control privilegiado (acceso root) de los subsistemas básicos de un teléfono. De esta forma, pueden saltarse las restricciones del fabricante o del operador, e instalar o personalizar casi todo lo que quieran.
Algunos usuarios rootean el teléfono para personalizar su aspecto (es decir, la interfaz de usuario) o para que sea más fácil de usar. Otros lo hacen para instalar nuevas aplicaciones y software, o controlar sistemas críticos como la CPU y la RAM.
Esto es lo que puede hacer con un teléfono rooteado:
Personalizar opciones avanzadas de configuración.
Bloquear anuncios en juegos y aplicaciones.
Mejorar el rendimiento.
Desinstalar aplicaciones que, de otro modo, no podrían eliminarse.
Librarse del bloatware o de aplicaciones del sistema preinstaladas.
Hacer overclock al procesador del teléfono.
Acceder a más memoria RAM.
Ahora bien, si rootea mal su teléfono Android, podría causar consecuencias irreversibles. Por eso, no recomendamos rootearlo a menos que sea un experto que sabe lo que tiene entre manos.
Rootear un teléfono proporciona acceso al código más profundo e importante del sistema operativo del dispositivo.
No confunda la práctica de rootear un teléfono con los rootkits, que son un tipo de malware diseñado para que otra persona tenga acceso root a su dispositivo. Es habitual que los hackers utilicen rootkits para intentar acceder a la información de los usuarios. Para asegurarse de no ser víctima, utilice una herramienta de análisis de rootkits a fin de detectarlos y eliminarlos.
Se rootea los teléfonos para eludir las restricciones del fabricante o del operador, desbloquear personalizaciones adicionales e incrementar la flexibilidad en el rendimiento. Obtener privilegios root permite saltarse las reglas integradas y modificar el código del software. Los smartphones tienen muchas restricciones. Al rootearlos, se puede instalar software que, en general, no está permitido.
Un «teléfono rooteado» significa obtener «acceso root», es decir, el acceso más profundo al dispositivo que se pueda conseguir. En un nivel root, tiene autorización administrativa para manipular casi todo.
Los riesgos de rootear un dispositivo Android son tan graves que recomendamos a la mayoría de los usuarios que no lo intenten. Podría inutilizar el teléfono, filtrar información a hackers o preparar el terreno para una infección de malware. Un pequeño error puede costarle el precio del teléfono o incluso toda una vida de quebraderos de cabeza.
A continuación, se enumeran algunos de los riesgos de rootear el teléfono:
Problemas de rendimiento: el teléfono puede sobrecalentarse si intenta hacer overclock después de rootearlo o pretende efectuar demasiadas cosas a la vez.
Pérdida de actualizaciones oficiales: después de rootear, la mayoría de los dispositivos no se actualizará automáticamente, ya que el rooteo, por naturaleza, elude la configuración del fabricante y del sistema operativo.
Anulación de la garantía: es posible que los fabricantes no estén obligados a cubrir los daños producidos en el teléfono si el rooteo falla o deja inutilizable el dispositivo Android. No confíe en el proceso de anular el rooteo para mantener la validez de la garantía.
Vulnerabilidades de seguridad: aumenta la exposición al malware, ya que los hackers y otros ciberdelincuentes podrían tener más facilidad para acceder al dispositivo Android.
Pérdida de datos: rootear el teléfono Android significa borrar el dispositivo por completo. Perderá sus datos si no hace una copia de seguridad.
Inutilización: el teléfono Android podría quedar irremisiblemente inservible si se comete algún error.
En definitiva, rootear un teléfono Android es arriesgado. Por eso, no recomendamos que intente rootear su dispositivo Android, a menos que sea un usuario experto que necesite rootear por motivos concretos.
Los riesgos de rootear un teléfono Android pueden ser graves.
Pese a los peligros de rootear un teléfono Android, algunos usuarios se deciden a hacerlo. Esto es lo que pueden hacer los usuarios con un teléfono rooteado:
Modificar la configuración de aplicaciones de terceros.
Aumentar la RAM para que el teléfono haga más acciones.
Instalar software para bloquear anuncios y ventanas emergentes en juegos y aplicaciones.
Cambiar los permisos de las aplicaciones de Android.
Rootear su teléfono Android es legal. De hecho, hacerlo puede ayudar a los denunciantes o a los periodistas a desempeñar una tarea vital. El rooteo también puede ayudar a los departamentos de TI de los centros de trabajo a saltarse la configuración del software para potenciar o proteger los dispositivos de los trabajadores. Sin embargo, para la mayoría de los usuarios, las ventajas del rooteo no compensan los peligros. Además, no confíe en que los fabricantes se avengan a realizar una sustitución o una reparación si estropea algo.
Los pasos para rootear un dispositivo Android difieren según el modelo. En todo caso, cada proceso implica actuar con mucho cuidado. Es más, hay diferentes tipos de instalaciones, como las que tienen o no recuperación personalizada. Sobre todo, investigue cómo rootear un Android según el modelo que tiene para asegurar el proceso más sencillo y fiable.
Antes de empezar a rootear un teléfono, siga estos pasos:
Efectúe una copia de seguridad del dispositivo y de sus datos.
Cargue la batería por completo.
Instale el controlador correcto en el PC para que Android pueda interactuar con él.
Decida cómo rooteará y con qué objetivo.
Revise atentamente el tutorial de su dispositivo.
Familiarícese con el proceso de anulación del rooteo para poder revertirlo.
Sin embargo, recuerde que un movimiento en falso durante el proceso de rooteo puede inutilizar el teléfono o dejarlo vulnerable frente al malware. Por esta razón, muchos usuarios optan por rootear teléfonos un poco más antiguos en caso de que el proceso salga mal.
Antes y después de rootear, se tienen que tomar varias medidas para reducir los riesgos de seguridad. Al rootear se eliminan todas las protecciones integradas e instaladas, por lo que es fundamental estar alerta con el mejor software antivirus. Al eliminar las restricciones, también se eliminan las barreras para los hackers.
A continuación, se explican varias maneras de protegerse al rootear teléfonos:
Investigue a fondo el proceso de rooteo de su dispositivo y prepárese para solucionar problemas.
Consulte a un experto, por ejemplo un amigo o un colega, sobre lo que debe tener en cuenta.
Investigue qué aplicaciones son seguras de eliminar y cuáles debería mantener. De lo contrario, su teléfono Android puede inutilizarse.
Instale una protección antivirus para su teléfono Android que sea de confianza.
Después de rootear, instale únicamente aplicaciones Android seguras de Google Play y sitios de confianza.
Conseguir una gran cantidad de libertad no le dará carta blanca para hacer lo que quiera. De hecho, tendrá que prestar más atención a la seguridad después de rootear el teléfono. Por eso es tan importante utilizar un potente software de seguridad como AVG AntiVirus.
Rootear su dispositivo Android es un gran riesgo y puede exponerle a muchos peligros insospechados. Al saltarse la configuración de seguridad integrada, hay más posibilidades de que los hackers y los ciberdelincuentes se cuelen detrás de usted.
AVG AntiVirus proporciona detección de amenazas en tiempo real, para ayudar a prevenir el malware y eliminar las infecciones si se han infiltrado en su teléfono rooteado. También puede ayudar a su dispositivo a bloquear ransomware, ataques de phishing y otras amenazas. Proteja su teléfono, rooteado o no, frente a las ciberamenazas e instale AVG AntiVirus gratis hoy mismo.
Se puede rootear un iPhone, pero los usuarios de iPhone denominan «hacer jailbreak» a esa acción. Es una diferenciación terminológica que conviene efectuar porque la seguridad de Android y la de iPhone son muy distintas. En general, hacer jailbreak a un iPhone suele ser más fácil que rootear un Android; sin embargo, un iPhone con jailbreak tiene menos prestaciones que un Android rooteado.
El rooteo puede dañar permanentemente el teléfono si no se efectúa de manera correcta o si no se toma en serio la seguridad del dispositivo una vez completado el proceso. Antes de rootear, sea muy consciente de lo que va a hacer. Y después de rootear, instale una aplicación antivirus de confianza que pueda evitar que el malware acceda al dispositivo rooteado.
Algunos modelos de Android no se pueden rootear porque el fabricante ha bloqueado la ruta para rootear el teléfono. El rooteo también se puede bloquear según de la versión de software. Por este motivo, los usuarios avanzados suelen optar por rootear los modelos de Android más antiguos.
Puede saber si un teléfono está rooteado comprobando que tenga instaladas determinadas aplicaciones. Por ejemplo, aplicaciones como Kinguser o Superuser son un claro indicio de que se ha rooteado el teléfono. También puede comprobar si un teléfono está rooteado en Ajustes > Sobre el teléfono > Información del estado > Estado del teléfono. Sabrá que se ha rooteado si tiene el estado Personalizado.
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